Un misterio en el cementerio de mascotas de Puerto Rico ~ Desdeelvip

jueves, 15 de agosto de 2013

Un misterio en el cementerio de mascotas de Puerto Rico

Vecinos del barrio Tortugo, sector El 20 en San Juan, relataron que el lugar no opera hace años, pero que de vez en cuando van jardineros a darle mantenimiento.
¿Qué pasó con el cementerio de mascotas? El inusual velatorio de un can en una funeraria de Ceiba trajo a discusión las opciones para disponer de los cuerpos de nuestros animalitos una vez fallecen.

Lo más común es enterrarlos en los patios, cremarlos o disecarlos pero, ¿y un cementerio de mascotas? Aunque muchos lo desconocen, en el barrio Tortugo, sector El 20 en la colindancia de San Juan y Guaynabo existió por mucho tiempo el único camposanto para animalitos que ha habido en la Isla.

Bleyson Cintrón, quien opera un taller de pintura automotriz en la PR-1, dijo que el cementerio era muy famoso y que a su negocio llegaban muchas personas a pedir direcciones para llegar hasta allí.

 El comerciante que ha mantenido su taller en el sector por los pasados 17 años, contó que “hasta hace unos años, llegaba incluso gente de los Estados Unidos a visitarlo...
Una vez llegaron unos americanos preguntando y me dijeron que tenían una mascota ahí enterrada hace años”.

Sin embargo, sostuvo que desde hace varios años no aparece nadie preguntando por el lugar, que describió como un cementerio parecido al de los humanos, con lápidas y panteones según le dijeron, pues nunca entró a los predios.

Lo que se cuenta en el vecindario es que una familia lo administraba y vivía en una casa en la finca donde ubica, pero que los dueños originales fallecieron y sus herederos no viven en la Isla.

 Otra versión apunta a que se mudaron de allí sin decir nada, tal y como comentó otra de las residentes, Clara Castro. “Ellos se mudaron. Era un matrimonio de mediana edad... Yo no sé qué pasó, eso estaba funcionando bien, fue un éxito al principio”.

La vecina estimó que la finca comenzó a operar como cementerio hace más de dos décadas y mencionó que, “era un terreno bien extenso, había un puente, pasaba una quebrada cerca y tenía un letrero al frente”. Cintrón, por su parte, señaló que aunque a veces la entrada de la finca luce abandonada, a cada rato acuden jardineros a dar mantenimiento.

De hecho, desde afuera este medio pudo notar que la grama estaba recortada. “El portón siempre ha estado cerrado. Parece que había un teléfono al que la gente llamaba y los dejaban entrar.

Era como por cita previa, pero ya no viene gente...”, mencionó. Primera Hora intentó comunicarse al número de teléfono que aparece en las páginas amarillas, por lo que se presume que ya no se puede visitar.

 “Qué lástima, ¿verdad? Porque la gente ama a las mascotas”, puntualizó el hojalatero.

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