Un grupo de activistas estadounidenses se ha propuesto un reto hasta ahora inédito: capturar a un hombre acusado de crímenes de guerra gracias al impulso de las redes sociales.
Los carteles de “Se Busca” que colocaban los alguaciles en los postes de los pueblos del oeste estadounidense recobran una nueva dimensión con la campaña que ha puesto en marcha la organización estadounidense Invisible Children (Niños invisibles).
El objetivo: detener a Joseph Kony, acusado de crímenes de guerra en Uganda, y llevarlo ante la Corte Penal Internacional. El medio: la difusión de un vídeo de 30 minutos de duración que ya ha generado más de 40 millones de visitas en YouTube.
Los hashtags #stopkony y #kony2012 fueron algunos de los destacados trending topics en Twitter este miércoles cuando se lanzó la campaña, y un número de famosos, incluyendo a P. Diddy, Ellen de Generes o Rihanna, tuitearon enlaces al vídeo.
Nuevas reglas del juego
Joseph Kony encabeza la lista de personas reclamadas por la Corte Penal Internacional, con sede en la ciudad holandesa de La Haya.
Como presunto líder del rebelde Ejército de Resistencia del Señor ugandés (LRA, por sus siglas en inglés), a Kony se le imputan atrocidades cometidas tanto en Uganda como en la República Democrática del Congo, la República Centroafricana y Sur Sudán.
Kony es uno de tantos sospechosos buscados por la CPI. Sin embargo, el caso se convirtió en pocas horas en un trending topic en internet y desbordó todas la expectativas de Invisible Children.
Los representantes de la organización aseguran que este éxito demuestra que las reglas del juego han cambiado y que la ciudadanía ya no está dispuesta a aceptar las injusticias sin rechistar. “El cambio hacia un mundo mejor es posible”, afirman rotundos.
Tampoco faltan las críticas a la propia campaña y la forma de presentarla. El corresponsal de la BBC en África, Andrew Harding, recogió varios testimonios aparecidos en Twitter en los que se pone en cuestión la validez de esta iniciativa.
“Si como resultado de la campaña Estados Unidos acomete nuevos pasos para asegurar que Joseph Kony comparezca ante la justicia, entonces la consideraré un éxito”, dice el reportero de la BBC.
“Al mismo tiempo”, prosigue, “hay elementos más amplios en juego y comparto las preocupaciones argumentadas en algunos de los blogs y twits al respecto, en particular los que hacen referencia al papel que juegan los gobiernos, líderes, instituciones e individuos africanos para asumir el control y la responsabilidad”.
La idea de Invisible Children encaja con el momento actual de auge de las redes sociales. Narrado en clave personal por la aparición del hijo del portavoz de la ONG en el vídeo, quien además cuenta la historia de su amigo ugandés Jacob, el documental explica quién es Joseph Kony.
A partir de ahí, alienta al público a ser activo, destacando el papel que pueden jugar las redes sociales y dibujando un mundo en el que las fronteras se difuminan y todos podemos solidarizarnos con los problemas del otro, independientemente del lugar en el que ocurran.
No todo son alabanzas
Los críticos, sin embargo, cuestionan los métodos de Invisible Children. Se le acusa de gastar la mayor parte del dinero que recauda en salarios, gastos de viaje y producción de películas.
Varios blogueros señalaron además que el ente supervisor del trabajo de las ONGs, Charity Navigator, le dio a la organización solo dos de las cuatro estrellas posibles por rendición de cuentas financieras. Asimismo, circuló en internet un artículo de la revista Foreign Affairs en el que se acusa a Invisible Children y otras organizaciones de “haber manipulado los hechos con propósitos estratégicos”.
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